jueves, 31 de marzo de 2011

Budismo Zen


A veces nos pasa en la vida que nos hacemos un gran problema de algo que quizá no lo es.


Es como el problema de un alumno en una historia del budismo zen.
 
 
Éste había meditado profundamente sobre cómo extraer de la botella, a través del estrecho cuello al ganso cebado, y ello sin matar al animal ni romper la botella.  


El alumno lo había  pensado  mucho y acude al maestro en busca de solución al problema. 


El maestro  se apartó por un instante, luego dio una fuerte palmada y llamó al alumno por su nombre.
“Estoy aquí,  ¡maestro!” respondió el alumno. 


“¡Fíjate!”, dijo el maestro, “¡el ganso está fuera!” 

2 comentarios:

  1. Dicen los Budistas que los problemas no existen, que es nuestra mente (ego) la que nos hace creer eso; pero si le quitamos poder a la mente, viviendo desde nuestro yo esencial, podemos cambiar nuestra percepcion.
    El relato me ensena que a veces no nos damos cuenta de que lo que esta adentro, esta afuera, y viceversa.
    Gracias! Genial!

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  2. Sì, a veces nos complicamos solos. Forzamos las cosas, no nos damos cuenta de la belleza de lo simple. Creo que el yo esencial, interno o instintivo debe ser tan fuerte como el ego. Eso permitirà una mejor percepciòn.
    Gracias!
    Un abrazo!

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